Practicar el perdón te llevará a generar nuevos hábitos mentales que sanarán tu relación contigo y con el mundo
Es común que la mayoría de las personas creamos que ‘no tenemos nada qué perdonar’, como si nada nos afectara, nos doliera, como si no tuviéramos sentimientos, como si perdonar significara perder nuestro poder.
Para el ego, el perdón es eso, tiene que ver con el orgullo, con ‘darse su lugar’, con hacerle el favor a alguien. Sin duda, un falso perdón y esa visión ya la conoces. Te lleva mucho esfuerzo y sufrimiento.
Te invito a conocer una mirada distinta.
En un camino consciente/espiritual, el perdón es un proceso para reconocer y liberarte de emociones dolorosas, de culpas, de pensamientos repetitivos de ataque y odio, en fin, de todos aquellos sentimientos y creencias que te hacen daño. Practicar el perdón te llevará a generar nuevos hábitos mentales que sanarán tu relación contigo y con el mundo.
El perdón no tiene nada qué ver con sufrir, ni con esforzarse
Digamos que el perdón es un puente entre el conflicto y tu paz. Y eres tú quien decide caminar por ese puente, hacia la sanación. Se trata de una elección consciente, que no depende de nada ni de nadie, más que de ti.
Y bueno, cabe aclarar, que esto no es magia, no es que hoy hagas el proceso y mañana ya esté todo perdonado. Eso no existe, somos humanos, es un proceso. Como dice uno de mis maestros: “En lo auténtico no hay trucos”.
El perdón no tiene nada qué ver con sufrir, ni con esforzarse, el verdadero perdón, sólo libera, es un proceso en el que hay un cambio de percepción a nivel mental, del conflicto, a la paz.
Si crees que has perdonado, porque has llorado mucho o porque no has dejado de repetir cierta afirmación por 100 días, pero cada vez que piensas en la persona o situación, sufres o sientes algún malestar, temo decirte que no has perdonado, crees que lo has hecho, pero seguir en conflicto, no es señal de perdón. Si te sientes víctima de algo o alguien, si sigues culpando a esa persona o situación de tu falta de paz, no has perdonado, es el ego que se resiste a que mires ahí, a tu corazón honesto, que te pide a gritos, la sanación.
Un guía puede indicarte el camino, pero quien lo recorre eres tú y la brújula es tu sentir
Y no quiero decir que llorar o repetir afirmaciones sea malo, para nada. Llorar libera, repetir afirmaciones entrena la mente; la cuestión es que te des cuenta que perdonar es un proceso de un cambio de percepción en la mente, en el que llegues a comprender que cargar con sufrimiento, culpa y rencor, te enferma, no tiene sentido.
En este proceso, tú eliges hasta dónde quieres que te lleve el perdón, tú decides hasta dónde profundizar. Un guía puede indicarte el camino, pero quien lo recorre eres tú y la brújula es tu sentir. Lo que sientes desde tu honestidad, te dará la claridad que necesitas, lo que te da miedo y ahora prefieres no afrontar, y lo que puedes mirar y soltar sin resistencia. No necesitas forzarte ni obligarte a ir más rápido; todo a tu tiempo, a tu ritmo, no hay prisa y sí, un gran regalo.
Te invito a darle la oportunidad a otra forma de perdonar, que quizá no tenga que ver con la que conoces, pero que, sin duda, te llevará a vivir en genuina paz. Como te digo, es un proceso en el que si me permites, puedo acompañarte, para que sea lo más amable posible para ti. Te dejo un video al respecto, que espero te sea útil.
Por: Patricia Margain
Terapeuta y Facilitadora de temas de consciencia y paz interior
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