Nos hemos comprado un cuento de Navidad. Es cierto, en muchos casos, que las familias se reúnen más, la comida es rica, los aromas, quizá se percibe más amabilidad… sin embargo, cuántas personas no hemos sentido impotencia porque el dinero no es suficiente; o tristeza porque un ser querido ya no nos acompaña en esta época, o nos hemos sentido obligadxs a asistir a los eventos sociales de la temporada, sin realmente querer ir. Cuántxs no nos hemos sentido sobrepasados en la época navideña y preferimos callar…
Hay varias cosas que podemos hacer para sentir más amable todo este ajetreo del último mes del año, si te sientes identificadx con lo anterior, te invito a seguir leyendo.
En cuanto a la “paz y amor” de la época. La verdadera paz y el verdadero amor, vienen de un corazón honesto. Un “no quiero” dicho desde el amor y el respeto, es mucho más valioso que un “sí” obligado. Quienes en verdad te quieren, lo van a entender, y si no lo comprenden en ese momento, lo harán. El amor sincero de nuestros vínculos, sabrá entender, así como nosotrxs somos capaces de entender el “no” de quienes queremos.
Si definitivamente el “no”, no es una opción, entonces pregúntate ¿cómo puedo hacerlo más amable para mi? Y has eso que requieras para pasarla lo mejor posible.
Lo que no se vale es ir de malas, echándole la culpa al mundo por “tener que ir” y contagiar ese disgusto a nuestros seres queridos. Todo en esta vida es elección, propia elección. Como adultos, nos corresponde hacernos cargo de nuestro bienestar.
Algo acostumbrado de esta época, son los regalos, ¿cierto? Pero pensamos en regalos típicos como ropa, libros, mascadas, tazas… qué tal si esta vez, hacemos algo diferente, como preguntar a nuestros seres queridos qué necesitan:
Tal vez necesitan ayuda con algún pago, como del auto, la hipoteca, o la renta.
Tal vez necesitan una noche libre sin niños y puedes servir de niñerx.
Tal vez necesitan alguna salida con amigxs y les puedes invitar a distraerse.
Tal vez necesitan ayuda para pintar, mudarse o reparar algo en casa.
Tal vez necesitan un café y alguien que los escuche con atención y sin juzgarlxs.
Tal vez necesitan apoyo para alegrar la navidad de sus hijos.
Tal vez no tienen con quien pasar estas fechas y apreciarían ser invitadxs a tu mesa.
Tal vez necesitan apoyo con cualquier otra cosa y no saben cómo pedir ayuda, o les da vergüenza hacerlo.
¿Qué tal si esta vez eres quien les ofrece lo que realmente necesitan esta temporada en lugar de una taza, mascada o ropa? O ¿Qué tal si esta vez, eres quién se permite pedir ayuda en vez de regalo?
Y si te toca pasar el primer fin de año sin esa persona especial, ¡pues eres de los míos! Y sí, quizá no será fácil, ni feliz, quizá nos sentiremos atrapadxs por la nostalgia, queriendo revivir esos momentos tan hermosos; pero también podremos hacer de esta época, algo más amable para nosotrxs y no precisamente porque la sociedad lo demanda.
Por ejemplo, yo elegí que sí voy a decorar mi casa, en honor a mi mamá que amaba la Navidad, pero lo haré a mi manera, esta vez más sencillo; cada fin año realizaba eventos grupales, en esta ocasión, no tengo el ánimo de hacerlo, así que no lo haré. He elegido abrazar mi tristeza, estar en gratitud, sonreír al recordar a mi mamá… en vez de obligarme a estar feliz y en el mood o ánimo que la temporada demanda.
A veces lloraremos, a veces sentiremos gratitud, a veces reiremos, a veces todo al mismo tiempo, y eso, todo está bien, no hay una forma correcta de vivir tu duelo, sólo la honestidad de tu corazón lo sabe, hazle caso.
Recuerda que el amor que compartieron ese ser querido y tú, sigue aquí, en ti. Está vivo y ahora se manifiesta en formas distintas.
Y una más, la última para no hacerte esto tan largo. ¿Qué tal el estrés por alcanzar las metas de fin de año y por compararte con quiénes sí lo han logrado? Qué tal todos los anuncios e influencers que te recuerdan todo el tiempo que “alcances tus metas”, que “hagas una lista con esas metas que no has cumplido y las realices ya”, que “ya se te pasó otro año y qué has hecho”, etc., etc., etc. No ayudan, ¿verdad? Yo te invito a que no le des tanta importancia a todo este show que se han inventado, tus metas son tuyas -compararte no sirve, aquí cada quien está en su proceso y en su camino- y si no las pudiste cumplir como te hubiera gustado, no pasa nada, plantéate un siguiente paso, posible y factible para ti. Y así, un paso a la vez, sin prisa, recuerda que lo más importante no es llegar a la meta, sino disfrutar del camino y cuando llegues, saborea tu logro, reconócelo, vívelo, agradécelo, no lo des por hecho.
Espero que esta entrada te haya ayudado a pasar estos días de una manera distinta, y más sana para ti. Y si no, ¡espero que hayas pasado un buen momento leyéndolo!
De mi corazón al tuyo, va un abrazo grande.
Patricia Margain.
Terapeuta y Danzaterapeuta.
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